Entre la documentación que se examina del legado del escritor y poeta Sebastián Cuevas, ha podido rescatarse copia de la «Carta al Director» que D. Luis Jiménez Martos remite a su amigo Federico Miras, quien publica siendo director de Diario Córdoba en referencia a una publicación de Francisco Zueras en 1977.
DIARIO CÓRDOBA. CARTAS AL DIRECTOR.
LO QUE HIZO «ARKANGEL» Y CONVIENE SABER
Sr. don Federico Miras
Director de «CORDOBA»
Mi querido amigo:
Como ya conoces, Francisco Zueras, dibujante crítico y académico ha publicado un folleto “Artistas cordobeses en los movimientos vanguardistas del siglo XX” cuyo interés es justo resaltar.
Resulta lógico que en todo trabajo de síntesis, como es el que me ocupa, existan omisiones, que, en este caso, no considero intencionadas. Zueras hace mención a los vínculos entre artistas plásticos y poetas a propósito de la revista “Cántico”. No dice nada respecto a la revista «Arkángel», publicada en Córdoba, entre 1953 y I956 Ello es lo que me mueve a escribir esta carta para ofrecer algunos datos que tal vez sirvan a los futuros historiadores – ya se que no faltan los que se aplican a esa tarea – de literatura y el arte en Córdoba.
En el otoño de 1952. unos cuantos poetas, escritores y pintores, algunos de los cuales habíamos intervenido en la creación de la revista “Veleta”, que aunque apareció en Granada fue hecha por cordobeses (Sebastián Cuevas Navarro, Rafael Pérez Raíz y quien suscribe), llevamos a cabo una experiencia que consistió en exponer, en uno de los escaparates de la Librería Luque, una serie de poemas Ilustrados. Ese hecho, muy bien acogido, fue el primer síntoma de la presencia de una nueva promoción artística y literaria en nuestra ciudad, cuya carácter, como pronto se probaría, se diferenciaba, por varios motivos, del que “Cántico” había implantado con la buena fortuna que todos conocemos.
Por aquel entonces, un grupo de pintores y escultores – José Duarte, Juan Serrano, Aguilera Amale y Aguilera Bernier entre los que recuerdo – buscaban salir al «ruedo». Fue a principios de 1953 cuando surgió la idea de organizar un ciclo de conferencias que, desarrollando diversos temas, aglutinase de algún modo una Inquietud renovadora, es decir, distinta del neoromanticismo con impregnaciones barrocas tan afines al espíritu de “Cántico”. Pues bien: la primera charla de esa serle, cuyas pintorescas dificultades de organización omito, aunque las contaré algún día por menudo, corrió a cargo de Gabriel Moreno Biaza, ensayista muy preocupado por la filosofía y el arte, a quien yo hube de presentar, improvisando muy sobre la marcha, ya que la persona que iba a hacerlo – el sacerdote don Martín Mª de Arrizubieta – tuvo, a última hora, dificultades para su misión. (No fue posible repetir, por tanto, lo que, años antes, ocurriera en una conferencia de Antonio Gala, presidida por el obispo Menéndez Ralgada, con prólogo del canónigo Romero Menjibar y con epílogo poético del propio Gala: unos versos de los que viene a mi memoria el final “¡Señor San Ignacio, alférez mayor!”. Tal arropo eclesiástico era una garantía para que no surgiesen dificultades. Nosotros no pudimos contar con ese «salvoconducto» infalible. Surgió otro no menos infalible: el local de la mismísima Guardia Frasco). Moreno Plaza trazó un amplio recorrido del arte en aquellos momentos posteriores a la primera de las Bienales Hispanoamericanas. En sucesivas semanas Cuevas Navarro habló del teatro actual, Mariano Roldán, de poesía; José María Sánchez Mariscal, de cine. Yo traté el tema de Andalucía, apoyándome en algunas ideas de Blas Infante expuestas en su libro “El ideal andaluz”, que encontré en la librería de viejo de la Plaza de San Salvador. Reseñas de estos actos aparecieron en “Córdoba”.
En la primavera de 1953 salió a la calle el primer número de la revista “Arkángel”, cuyos realizadores seríamos José del Rio Sanz, como director-periodista; Moreno Plaza, Sebastián Cuevas y quien esto escribe. El segundo número de la misma vino casi a coincidir con la Exposición de Arte Contemporáneo montada en el Círculo de la Exposición Amistad de Córdoba, gracias, muy especialmente, a Femando Carbonell, directivo entonces de esa entidad y al pintor Antonio Povedano quien, desde Madrid, hizo un extraordinario esfuerzo para que esa muestras, en las que figuraron artistas locales y de otros predios, introdujera en Córdoba las corrientes principales de la creación pictórica y escultórica. Ni más ni menos que eso. Como era lógico, hubo polémica pública, en la que intervendrían sobre todo desde el semanario «Ecos», que Manuel García-Prieto, dirigía, Carbonell, Ricardo López, Moreno Plaza y seguramente algunos otros. La hoja suelta de “Arkángel” fue dedicada, por iniciativa mía, a glosar el acontecimiento y a defender lo que la exposición significaba. “Arkángel”, cuyo asesor artístico fue Povedano, se ocupó de que cada portada de la revista fuera realizada por una importante firma.
Hasta aquí lo que, a mi juicio, convenía precisar respecto al engarce entre literatura y plásticos que “Arkángel” no tuvo duda en promover, sin recurrir al grupo cerrado ni a la tendencia única. alentándose al lema “Córdoba suma y sigue” que yo lancé en las palabras preliminares de la conferencia de Moreno Plaza y que figuró en la contraportada de nuestra revista. Entiendo que no es ocioso añadir que del ámbito de ésta nacería la idea del homenaje a don Antonio Machado, en Baeza, el primero que le fue dedicado en la España de la postguerra y que tuvo lugar el 23 de mayo de 1954. Me cupo el altísimo honor de ser quien proclamara las palabras iniciales como responsable de la iniciativa de aquel acto inolvidable, en el que intervinieron tres cordobeses Rafael Mir Jordano, Javier Campos y Rafael Millán; el extremeño Gabriel Moreno Chamorro y el escritor británico, entonces residente en Córdoba, John Haycraf, aparte de otros que no estuvieron presentes allí, pero cuyos poemas y prosas leímos. Conviene recordar que “Arkángel”, con un original de Pablo Neruda en el número a que he venido aludiendo, aireó, entonces, la que podríamos llamar alternativa progresista, a la que fue fiel. Sin subvenciones municipales ni de otra especie. También es oportuno recordarlo.
Gracias por la acogida a esta carta, querido director y amigo. Me gustaría que los datos contenidos en ella fuesen provechosos para los que sientan curiosidad hacia este tema. Desde aquí me complazco en felicitar a Francisco Zueras por su folleto.
Un abrazo.
Luis Jiménez Martos
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