Los Proscritos (Poesía para la transición española)

ISBN 13: 978-84-85276-03-5
ISBN 10: 84-85276-03-5
FECHA EDICIÓN: 05/ 1976
PUBLICACIONES: ESCUDERO
DESCRIPCIÓN: 98 PÁGINAS 11 x 17 CM
ENCUADERNACIÓN RÚSTICA PORTADA 1ª EDICIÓN ROJA, SEGUNDA EN NEGRO
MATERIAS: 821.134.2-1 – LITERATURA ESPAÑOLA. POESÍA
PRECIO: 0,66 € (110 pesetas de la época)

Sebastián Cuevas, poeta de silencios, que arrancó en la otra poesía, la social, la comprometida alternativa cordobesa de los años cuarenta que supuso la revista «Arkángel«. escribió «Los Proscritos» que se sitúa en los años del franquismo y es un intento de asumir la voz de un pueblo infrecuentemente oído, es un libro de poesía cargada de dolor que evoca en ocasiones la producción de León Felipe, Miguel Hernández o la de Neruda. Para los que tuvimos la suerte, más que la desgracia, de vivir el fin de la dictadura nos resultará más fácil contextualizarla, para las hijos de la democracia quizá resulte complejo entender la falta de libertades que los poemas ponen en evidencia. Resultaría difícil emocionarlos desde la poesía social. En aquellos tiempos, las tertulias literarias suponían un resquicio valiente, casi heroico para la contestación al régimen. .La poesía es un arma cargada de futuro. La Poesía es un instrumento, entre otros, para transformar el mundo  (Gabriel Celaya) El libro empieza con la siguiente dedicatoria:

A mis hermanos naturales,
los pobres,
los obreros,
los proscritos.

Y sigue con unos versos de León Felipe:
¿Por qué habéis dicho todos
que en España  hay dos bandos
si aquí no hay más que polvo?

El primer poema se titula «Prisión Preventiva«, el segundo «Concienciador» sigue con «Memorial de mi mismo» en el que recupera su horfandad temprana y el peso del  hambre en la dictadura.  Dice en el poema:

¿Quién reinvento las hambres absolutas
cuando se esta en edad de ir a las colas del carbón y el parvo racionamiento exigüo
y asistió  al dogmatismo imperial de la espada?
¿Quién tuvo la lengua cuarenta años prisionera?
¿Quién la mente cautiva?
¿Quién llegó al espejismo
de ser feliz en mitad del terror?
¿Quién leyó al dictado?
¿Quién escribió al dictado?
¿Quién estudio el texto del caudillaje
desde el dogma del honesto don Luis Sánchez Agesta?
¿Quién temió pecar con un beso?
¿Quién tembló en la oscura ventana del confesionario?
¿Quién supo que pensar era delito?
¿Y quien, en fin, creyó que un clamor fugitivo
en la tenebrosa noche total de su vida
era ya el alba, ya el despertar, la luz,
y luego vio abatido, la dimensión exacta de la estrella,
tan distinta del sol, único que calienta a los muertos
y nutre a los vivos?

Continua en el poema queriéndose reinventar Sebastián a si mismo, ya padecía el cáncer de vejiga que le cegó la vida y que le producía frecuentes hematurias. Cargada de melancolía la poesía de este período evoca inspiraciones de Miguel Hernández.

Ahonda en tus raíces, arranca con tus manos
tu carne en podredumbre y lánzala a quién sea
autor de la penúltima proscripción de tu vida,
ese dolor, lombriz, que te está corroyendo
y que, por hombre, escondes, como un estornudo,
como un eructo, un bostezo o cualquier otro nimio
e inadecuado gesto.
Job, tú, yo, Sebastián, tan proscrito,
que sólo
la dulce bofetada de la voz de tus hijos
te retiene en la liria de sus brazos,
mejor no te reinventes, por si no te creyeran.

El libro que dedica a obreros, labradores, sindicalistas, oficinista, proscritos todos, incluye sonetos a sus pintores coetáneos favoritos, Aguilera Amate, Rafael Zabaleta y Rafael Orti.  Fue presentado por el afamado psiquiatra y amigo Carlos Castilla del Pino (presentación). El libro de poemas cierra con

«Décimas a la razón de mis guerras«

Me huelgo con el trabajo
y en la huelga me fatigo
porque el mayor enemigo
de los pobres en su guerra
es el fruto de esta tierra
menos pan, cuanto más trigo.

Tengo el sol que es gratuito
tengo el amor de mi gente
y en brazos llevo una urgente
pasión de elevarme en grito.

El visionado de  las películas que a continuación  recomendamos quizá sitúen en contexto al lector sobre algunas de las fuentes literarias  inspiraban el tiempo vivido.

El niño yuntero Miguel Hernández (En voz de J.M. Serrat)
Para la libertad Miguel Hernández  (también en voz de J.M. Serrat)
«Mía es la voz» León Felipe – Aguaviva
Sé todos los cuentos-León Felipe-Aguaviva
Victor Jara canta a Pablo Neruda Poema 15 (Me gustas cuando callas).
Poema 20 de Pablo Neruda por Alberto Cortez
Yo pisaré las calles nuevamente – Pablo Milanés
Mercedes Sosa Con Horacio Guaraní – «Si Se Calla El Cantor»
Victor Jara – Te Recuerdo Amanda
Victor Jara – Plegaria a un Labrador

El listado no tiene límite. Quizá los lectores propongan otros enlaces.